lunes, 9 de abril de 2012

Coches oficiales

 

El censo de coches oficiales y su crecimiento por todo el país es un detalle que confirma la poca colaboración de las autonomías y ayuntamientos para frenar el despilfarro público, mientras El Gobierno no recorta sus coches oficiales y las autonomías y ayuntamientos los multiplican.
 
En España hay 22 veces los coches oficiales de Estados Unidos, una exageración si se tiene en cuenta que en Estados Unidos viven más de 300 millones de habitantes frente a los poco más de 40 que habitan en España. Los Presupuestos Generales de 2012 reflejan que la flota de coches oficiales no ha sufrido ningún recorte en el gobierno central, mientras que las autonomías y ayuntamientos los han multiplicado por cinco en los últimos diez años.
 
Según datos de la Intervención General del Estado, en España circulan más de 22.000 coches oficiales, de los que unos 11.000 corresponden a ayuntamientos, 9.200 a las Comunidades Autónomas, 1200 en Diputaciones y unos 300 en organismos supramunicipales como mancomunidades. A ellos debemos sumar los más de 800 de la Administración central, que proporcionalmente es quien menos coches tiene. Estos coches oficiales llevan aparejados una plantilla de unas 50.000 personas. Una parte importante, son policías, sobre todo municipales que prestan al mismo tiempo el servicio de chófer y escoltas, principalmente en el caso de los ayuntamientos.
 
Esta cifra, es cinco veces superior a la existente a hace 10 años, y achacan el crecimiento principalmente a la fiebre de los alcaldes al coche oficial, que provocó que las comunidades también compitieran en aumentar sus flotas para no quedar atrás en la competición, a costa del erario público. Además hay también una flota “incontrolada” perteneciente a empresas públicas y empresas participadas con fondos públicos, por lo que la cifra de coches pagados a cargo del erario público es todavía mucho mayor.
Eso sin entrar a valorar el valor de los coches oficiales de algunos alcaldes en España como por ejemplo Pedro Castro (Getafe), 120.000 euros de coche oficial, Manuel Robles de Fuenlabrada (100.000 euros), Rafael Gómez de Leganés (80.976 euros), Enrique Cascallana de Alcorcón, otro tanto… y así suma y sigue. Los políticos que piden a los ciudadanos que se aprieten el cinturón mientras ellos no se bajan del coche oficial.
Y mientras, en todas las ciudades, se preparan nuevas subidas del transporte público que no utilizan los cargos públicos como hacen en otros países como el alcalde de Nueva York que viaja en Metro, o en Holanda donde la reina viaja en bicicleta en sus traslados habituales. Claro que las comparaciones, son odiosas.