miércoles, 31 de agosto de 2011

Contra Franco, en Catalunya se vivía mejor

 
 
Este fin de semana he estado por Cataluña viendo a familia y amigos y aprovechando mi estancia, quería comprobar in situ la información sobre los problemas y desaguisados que han estado ocurriendo en materia de comunicaciones e infraestructuras. Durante mi estancia fui invitado a una cena de las cenas que se hacen para el final del verano y donde la mayoría de sus asistentes eran gente de la llamada “gauche divine” del lugar y en la que tuve la oportunidad de escuchar el diagnostico unánime sobre las causas de los problemas actuales, Dicen que la falta de inversión durante la época del gobierno de José Maria Aznar ha propiciado el estado de caos actual. Y se quedaron tan anchos. En aquel momento no tuve ganas de entrar en polémica al poder ser yo seguramente la única voz disonante.
 
Esta situación tan grave no se gesta solo en dos legislaturas, sino que viene de mucho mas de atrás y en todo caso hay bastantes mas responsables, tanto en el Gobierno Central, la Generalitat o en los propios ayuntamientos. Especialmente quienes han ostentado el poder durante mas tiempo, son mas responsables del desaguisado, entre los que se puede destacar además del citado Aznar, a Pujol, Maragall o González o también los actuales Zapatero, Montilla o Carod y todo ello empezó a gestarse casi simultáneamente a partir del cambio de régimen a finales de los años setenta. Simplemente se ha agravado con el paso del tiempo sin que nadie haya hecho casi nada para remediarlo. Lo que ha pasado este verano, es que ha habido una avalancha de casi todos a la vez, dejando al descubierto ante el resto del mundo el enorme déficit de inversiones en infraestructuras básicas para la región.
 
Las líneas de ferrocarril de cercanías están prácticamente igual que hace 60 o 70 años, entonces en el resto de España los trenes iban con locomotoras de carbón y en Catalunya estaban ya en aquellos años las líneas electrificadas. La primera autopista de España fue la que va de norte a sur por la costa, desde entonces se han creado poquísimos kilómetros más y todos ellos de pago. No existen en este momento autovías gratuitas alternativas en toda la región desdoblando o supliendo las carreteras nacionales que hace años están  obsoletas. La red de carreteras interiores no se ha adecuado a los tiempos, siendo ahora mismo una aventura digna de los tiempos del oeste desplazarse entre muchas de las ciudades y pueblos del interior de la región. Esto mismo se puede encontrar incluso en zonas de gran afluencia turística de la Costa Brava. Lo mismo ocurre con El Prat, el suministro eléctrico o las coberturas telefónicas, por ejemplo.   
 
Lo que yo puedo decir es que cuando yo vine desplazado desde Catalunya para Alicante en el año 1973 para poner en marcha una sucursal de una multinacional, me encontré una ciudad provinciana con un  enorme retraso, tanto en calidad de vida como en la formación del personal y me tocó enseñar y aplicar los métodos de trabajo y unas ideas que yo tenia largamente asumidos por la forma de vivir y trabajar en Catalunya. Han pasado más de 30 años y Alicante, la Comunidad Valenciana, Madrid u otras zonas han tenido un cambio total en cuanto a calidad de vida y toda clase de infraestructuras. Ha habido un gran esfuerzo para ponerse a la altura de Europa y se ha aprovechado los fondos comunitarios que hasta ahora han llegado, y aunque todo es manifiestamente mejorable se ha andado bastante por el buen camino aprovechando la bonanza económica de los últimos tiempos. Cierto que Catalunya no ha tenido todas las ayudas comunitarias como otras regiones de España, pero esta era la finalidad de estos fondos para igualar las regiones. Ahora recorriendo Cataluña se nota donde uno vaya, la improvisación,  la falta de compromiso, la pasividad, y negligencia a todos los niveles y que siempre es justificado con un victimismo rayano en la inconsciencia, acusando de todos estos males al gobierno central que, según la pueril explicación de la mayoría de sus políticos, no distribuye equitativamente el dinero de los impuestos entre las regiones de España.
 
La explicación, según mi parecer, es mucho mas sencilla y dolorosa, mientras unas regiones han seguido trabajando para mejorar su situación sin entrar en debates, en Catalunya han seguido creyéndose que eran superiores a los demás y han destinado el dinero recibido para infraestructuras para fomentar una serie de organismos, instituciones, creando puestos de funcionarios a mansalva todos ellos viviendo de los presupuestos comunitarios y convirtiendo a este país en no rentable. Se ha dedicado un importante esfuerzo y gran cantidad de este dinero para engrasar institutos, partidos políticos,  equipos deportivos, asociaciones fuera de sus fronteras, casi siempre fuera de lugar, para intentar exportar la cultura y el idioma catalán en un modelo que crea a veces rechazos fuera de sus fronteras.
 
Debo decir que en los años 50 cuando era mas dura la represión franquista en materia lingüística  pude aprender y utilizar el catalán para todo, sin ninguna clase de impedimentos. Entonces la cultura catalana resistió a la dictadura con nota. Solo una parte de la burguesía pancista de la capital se expresaba en castellano como un signo de clase para diferenciarse de los paletos de los pueblos del interior. Esta burguesía unida a inmigrantes de otras regiones del cinturón que se dieron cuenta que podrían medrar con estos argumentos, son quienes aparecen ahora vestidos de progres imponiendo a los demás el uso del catalán, incluso fuera de sus fronteras naturales, intentando comerle terreno al castellano.
 
Durante estos años que he estado viviendo fuera de Catalunya he pasado de sentirme admirado por el solo hecho de ser catalán, a ser motivo de incredulidad cuando explico a mis amigos levantinos que la carencia de inversión en infraestructuras ha sido porque han errado en sus prioridades, No se lo pueden creer.
 
Catalunya actualmente es un país incomunicado, desorientado, engañado y enfadado que ha descubierto de golpe que toda esta situación puede ser provocada por unos políticos y otros dirigentes que les han vendido la independencia y otras cuestiones identitarias como si fueran la solución a estos problemas.  Lo grave es que en cuanto se se vaya conociendo la realidad, este modelo que muchos como las Baleares pretender introducir ya no se podrá vender mas en ninguna parte y el ridículo puede ser monumental
 
De nada les servirá a mis paisanos quejarse y seguir echando las culpas de lo que pasa a “Madrid” o al “P.P.”, como aun he podido oír esta semana, el mal esta dentro de su propio organismo y hará falta una catarsis para retomar las señas de identidad por las que hemos sido siempre admirados en todo el mundo, que son fundamentalmente la capacidad de trabajo y la tenacidad para la creación de riqueza. 

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